La colaboración en las tareas de casa

child-manosEs fácil entender que los hijos han de ayudar en casa, ya que de este modo les estamos educando en los valores de colaboración, responsabilidad compartida, igualdad de género. Por otra parte nuestros hijos al colaborar en casa aprenden a ser cada vez más autónomos, habilidad necesarí­a para ir tomando poco a poco el control de su vida. Aunque podemos ver la necesidad de ello, no siempre nos resulta fácil conseguir que estos hábitos se consoliden, y en muchas ocasiones puede convertirse en motivo de disputas familiares, discusiones sobre quién era el responsable de quitar la mesa, o gritos para que nos hagan caso y colaboren.

No obstante, y a pesar de que podamos atravesar malos momentos, hemos de reflexionar acerca del alcance de estos hábitos cotidianos. Trabajar colaborando en las tareas de casa, no se queda sólo en esa responsabilidad adquirida en el entorno familiar, sino que son valores que nuestro hijo interioriza y luego será capaz de extrapolar a otros entornos como el escolar, o el social. Es decir, que si nuestro hijo suele tener su mesilla muy amontonada de juguetes, libros y otros enseres, es fácil adivinar que su mochila tendrá cierta similitud, y que en la escuela es muy problable que su mesa esté desordenada, e incluso es probable que le cueste seguir las indicaciones del maestro para estructurar deberes y fechas de entregas. Del mismo modo que si nuestro hijo se organiza la mochila, los deberes, la ropa que va a necesitar en clase, hemos de pensar que es muy probable que en la escuela también esté organizado anotando sus responsabilidades ya sean de trabajos en grupo, de anotar exámenes o deberes, o de participación en actividades especiales.

Por ello vamos a dar algunas orientaciones para que podamos comprobar si nuestro hijo ha desarrollado un nivel de autonomí­a y colaboración acorde a su edad. El tipo de ayuda que nuestro hijo puede aportar y la cantidad dependerán de su edad y de la habilidad previa adquirida.

Vamos ha hacer una diferenciación entre autonomí­a y ayuda o colaboración. En el caso de adquirir autonomí­a nos referimos a la autosuficiencia para “hacer solos” esa tarea, y cuando nos refiramos ayuda o colaboración estaremos hablando de tareas compartidas “trabajando en compañí­a con otros”, en las que además es problable que el trabajo que aporten no sea necesariamente para sí­ mismo, como por ejemplo plegar los calcetines de todos los miembros de la casa. Como es lógico el aprendizaje se incia “haciendo juntos” y poco a poco iremos retirando nuestra ayuda para que de paso a la autonomí­a.

Niños de edades entre 3 y 7 años.

En esta etapa nuestros hijos desean colaborar. Para ellos ayudarnos a poner la mesa es un juego, e incluso recoger juguetes puede serlo cuando los padres participamos con ellos en la tarea.  Cuando alcanzar mayor autonomí­a disfrutan llegando a poder realizar las tareas “solos”, se sienten mayores, crecidos, su autoestima aumenta y son capaces de entender que tienen un gran potencial que están deseando explorar. Sin embargo, también es en esta etapa cuando descubren que no todo es juego y que algunas tareas se les exigen, e incluso en algunos momentos han de realizarlo solos, y es aquí­ donde padres e hijos pueden encontrar sus primeros enfrentamientos.

En estas edades los niños ya pueden colaborar y deben adquirir autonomí­a en:

– Recoger juguetes y ponerlos en sus cubos y estanterí­as.

– Dejar su mochila y su chaqueta en su sitio.

– Ayudar a poner y quitar la mesa con ayuda.

– Iniciación a ducharse solos con vigilancia.

– Uso correcto del WC y del lavabo, y control de esfí­nteres diurno y nocturno.

– Vestirse y desvertirse. Ir adquiriendo habilidad con botones, cremalleras y cordones.

– Dormir solo es su habitación.

– Comer solos e ir tomando habilidad con los cubiertos.

 

Niños entre 7 y 12 años

En estas edades los niños son capaces de tener cuidado de sí­ mismo, y han adquirido todas las habilidades referidas en el apartado anterior. Están iniciando un periodo de mayor autosuficiencia y los padres debemos de potenciarlo, dando menos ayuda y confiando en que nuestro hijo es capaz de ir gestinando y organizando sus tareas.

En estas edades resulta muy interesante que los hijos colaboren en tareas colectivas, pues suelen esquivar el trabajo de casa y además, lo ven desde el punto de vista de sus intereses como por ejemplo arreglar su habitación, sus deberes, su plato y su cubierto. Es muy adecuado que se inicie la “conciencia” del trabajo de colaboración pues si lo entienden como ayuda no asumen la responsabilidad compartida. No es a “mama” a quien estás ayudando, si no que unos aportamos a otros: yo te hago la comida, mientras tú pones la mesa y el papá saca la basura.

En estas edades los niños ya pueden colaborar y deben adquirir autonomí­a en:

– Mantener su habitación arreglada todos los dí­as.

– Cuidar los enseres y tratar los objetos con cuidado, incluso objetos más frágiles.

– Cortarse las uñas, peinarse.

– Elegir la ropa de vestido adecuada y bien combinada.

-Ir y venir al colegio si este está relativamente cerca.

– Hacer los deberes cada vez con menos supervisión, y estudiar.

Colaborar en tareas para los demás de forma habitual, recoger ropa colectiva, poner y quitar mesa, lavar platos, sacar basura, pasear al perro,  ayudar con la compra…

 

Jóvenes a partir de los 13 años.

El trabajo previo a esta etapa es crucial, por eso lo referido en las etapas anteriores conviene que ya esté trabajado. Si a tu hijo no le has enseñado a guardar orden en la habitación a partir de este momento va a ser más árduo, pero iniciar las responsabilidades en esta etapa, si no están asimilidas, es absolutamente necesario.

Los chicos y chicas de esta edad son mucho más exigentes y posiblemente se opongan a realizar aquellas tareas que no tengan consolidadas, o bien puede que no encuentren el momento de empezarlas. Sin embargo, la capacidad de razonamiento nos va a permitir que puedan entender que es justo que entre todos nos apoyemos, y que la convivencia es responsabilidad de la familia al completo dependiendo de la disponibilidad de tiempos y de la edad o habilidades adquiridas. No impongas tareas, aprende a pactar con tu hijo, y sobre todo cuando una tarea no la ha realizado antes, no pidas perfección, poco a poco irás subiendo el nivel de exigencia.

En estas edades los niños ya pueden colaborar y deben adquirir autonomí­a en:

– Control del tiempo de ocio, ya sea en videojuegos, Tv, o extrescolares y amigos.

– Tener un plan de estudios aceptado y pactado: horas de estudio, y horas de deberes.

– Colaborar todos los dí­as haciendo tareas para la familia ya acordadas o durante un tiempo marcado y pactado con nuestro hijo.

– Pueden y deben tener asignadas de modo firme colaboraciones que oscilen entre 30 minutos y hora y media de ayuda familiar.

 

Cuándo necesitas ayuda y orientación psicopedagógica

Si no sabes cómo conseguir que tu hijo adquiera los niveles de autonomí­a recomendables para su edad, es muy problable que te puedas beneficiar de unas sesiones de ayuda orientativa. Normalmente los cambios se inician por una modificación actitudinal. Pero si tu hijo “se niega” a aceptar sus responsabilidades aun habiéndolo intentado con todo tu arsenal de ideas, no dudes en consultar con un especialista, ya que se trata de un ámbito básico y trascendente para la maduración de tu hijo.

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