Cómo podemos ayudar a desarrollar los lenguajes

El aprendizaje de una lengua es un camino que se inicia apenas nacemos y prácticamente nunca termina. Es maravilloso cuando somos testigos de las primeras palabras de nuestro hijo, pronto vamos a poder conversar con él o con ella. Sin embargo, en otras ocasiones nos preocupamos porque nuestro hijo no se expresa con claridad, o no sabemos si es correcto que aprenda varias lenguas de forma simultánea, o puede que ya haya iniciado el proceso de lectoescritura y tenga dificultades para aprender la lectura, o escribir de forma coherente… el proceso es complejo y se alarga en el tiempo.

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En primer lugar, el aprendizaje de una lengua tiene diversas dimensiones. auditiva, oral, escrita y leí­da. El lenguaje en primera instancia se aprende de forma auditiva, por eso es tan importante cuidar en los bebés los procesos catarrales que afecten a  la audición, y comprobar que la percepción auditiva está intacta. En segundo lugar, el niño está expuesto a modelos de lenguaje de su entorno a los cuales accede mediante las personas con las que establece apego emocional: la madre, el padre, hermanos, abuelos, familiares, amigos, maestros… A medida que aumenta su cí­rculo social tienen mayores opciones de aprendizaje y puesta en práctica. Pero lo más importante para el aprendizaje es que de quién aprende tenga un ví­nculo afectivo adecuado, el cariño es el principal reforzador del aprendizaje. Al mismo tiempo. esa persona con la que establece un mayor ví­nculo afectivo será la portadora de la lengua materna del niño.

Cuando en una familia se hablan distintas lenguas, el niño las irá aprendiendo teniendo en cuenta el tiempo de exposición a cada una de ellas, y el ví­nculo emocional establecido con el interlocutor. No ha de ser preocupante que un niño aprenda de forma simultáneas 4 lenguas diferentes, de hecho el periodo de 0 a 7 años tiene una especial receptividad para el aprendizaje auditivo sean lenguajes verbales, en los que es capaz de agudizar entonaciones y ritmos prosódicos que luego, de adultos, nos cuesta y a veces no llegamos a recibir., o bien, en recepciones musicales. En cualquier caso el niño está especialmente preparado para discriminar auditivamente mucho más que en periodos posteriores. La capacidad de retención de palabras nuevas se repartirá entre distintas lenguas, pero no será obstáculo, en breve, alrededor de los 4 o 5 años el niño y estará equiparado a los que sólo aprenden una lengua. En cuanto al uso, inicialmente puede mezclar registros de distintas lenguas, normalmente cuando le falta el término que busca, se consideran “préstamos lingüí­sticos”, que en edades de 6 años en adelante sabrán clasificar en lenguas separadas sin problemas. Eso sí­, cada interlocutor es válido para la lengua con la que ha establecido contacto, no les gustan las modificaciones, al menos no hasta pasados los 8 años aproximadamente.

¿Cómo podemos ayudar a desarrollar el lenguaje desde la audición? Conviene que los niños tengan modelos de distintas lenguas cuanto antes, estos modelos han de ser afectivamente significativos para los niños, y el modelo ha de ofrecer una lengua con riqueza léxica. Sólo en casos más severos de retraso del desarrollo del lenguaje, conviene restringir el registro. Lo que queremos transmitir es que los padres hemos de hablar con nuestros hijos como si se tratasen de adultos, y no simplificar palabras como de todos es sabido “ma” para decir agua,  “guau” para perro… El bebé es capaz de aprender todo un conjunto de sonidos y estructuraciones. Ha llegado a ese nivel de comprensión porque le hemos hablado de forma completa, posteriromente se ha de seguir igual, mostrando al niño un registro superior al que domina verbalmente. Por otra parte, el desarrollo de la inteligencia tiene también bases lingüí­sticas, sólo hemos de pensar que cada palabra es un concepto que designa al mundo en el que vivimos, y es una abstracción porque aludimos a objetos y a acciones con sonidos, muchas veces sin que haya un referente visual. De este modo desarrollamos la abstracción y en definitiva la inteligencia. Cuando nuestros hijos crecen, el lenguaje auditivo ha de seguir siendo rico en palabras precisas,  y para ello también puede ayudar cuidar los dibujos animados, pelí­culas y series que escuchan como habituales.

¿Cómo podemos desarrollar el lenguaje desde la oralidad? Escuchar y hablar está muy relacionado, aunque hablar viene en segundo lugar. Inicialmente está relacionado con juegos repetitivos como “los cinco lobitos tiene mi mano” , y después se tratará de pararnos a escucharle, darle importancia a lo que nos dice y no anticiparnos lo que desea antes de que intente expresarlo de forma oral.  Posteriormente, las canciones son un elemento de ayuda fundamental, porque son repetitivas y eso le permite anticiparse, y además cantadas en grupo ayudan a sentir el inicio de una conciencia social, el niño siente que forma parte de ello. La edad de iniciación de la oralidad depende de factores personales y ambientales, no obstante, un niño con 3 años debe poder emitir palabras e iniciar la comunicación en frases sencillas. Si esto no  ocurre debe solicitar una evaluación psicopedagógica,  pues la estimulación precoz del área deficitaria es el mejor tratamiento para progresar ante cualquier tipo de déficit en este sentido.

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¿Cómo podemos desarrollar el lenguaje leí­do? De forma temprana los niños inician el reconocimiento de sí­mbolos, letras a las que les otorgamos un sonido. Los juegos de letras en puzles de gomaespuma, la lectura de letras en envases de comida que le guste al niño, la letra de su nombre o el de sus amiguitos, son formas habituales del aprendizaje de la simbologí­a. Podemos ayudarlos prestando atención a estos aspectos, pero sin presionar, la exposición y el juego son los medios fundamentales para aprender este código, y la edad apropiada para hacerlo a partir de dos años. Los niños  llegados a los 6 años de edad o que hayan cursado 1º de primaria, deben reconocer perfectamente todas las letras, cuando hay confusiones entre algunas como suele ocurrir con b, p, q, d, de forma persistente,  o la escritura en espejo (sentido inverso al que leemos) es conveniente consultar. la psicopedagogí­a se ocupa de revisar de donde provienen los errores de confusión visual, auditiva, memoria asociativa de sonido-grafí­a, retraso madurativo, deficiente establecimiento de la lateralidad psicomotora. Estos aspectos se pueden ir revisando en edades anteriores, pero sólo de forma preventiva.

En cuanto al gusto por la lectura, éste está totalmente vinculado a lo placentero del mismo, para ello elijamos cuentos divertidos, vayamos de vez en cuando a las bibliotecas, compartamos tiempo con los niños, y no nos retiremos de golpe cuando hayan conseguido alcanzar la habilidad lectora, ya que muchas veces esto provoca un descenso de motivación, incluso la aversión a los libros. Un truco fácil es leer de forma compartida, con mayor carga en nuestro hijo  a medida que adquiere mayor habilidad.

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¿Cómo podemos desarrollar el lenguaje escrito? Desde los primeros trazos hasta la consecución de la escritura se pasa por distintos estadios de dominio que están muy relacionados con la maduración psicomotora y concertadamente con la psicomotricidad fina, que es aquella que implica el dominio de los dedos de forma hábil. Para ayudar a nuestros hijos en este dominio hemos de permitirles manipular objetos pequeños, ensartables, hacer dibujos y pintarlos de forma precisa hacer figuras de plastelina, abrochase botones y cremalleras…etc., todo aquello que permita ejercitar el dominio de los dedos de forma controlada. Tengamos en cuenta el tamaño de la punta del color o lápiz puesto que en puntas gruesas la precisión es más difí­cil. Y tengamos en cuenta que el niño inicie un buen hábito de coger el lápiz de forma correcta para que no le impida tener una buena caligrafí­a.

Podemos ayudarle haciendo trabajos de escritura con él, también las nuevas tecnologí­as nos pueden ayudar enviando un mail a un amigo o familiar, o buscando información en la web, el deletreo es un ejercicio importante que se puede realizar de forma oral, en el teclado, o escribiendo directamente. estos aspectos nos ayudarán a obtener una buena actitud hacia la escritura, ya que hemos de tratar que ésta tenga sentido y utilidad, como apuntar en la lista de la compra “chocolate”.

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